María Eugenia Rubio Arango. ¿Qué les puedo decir sobre aquella mujer? Empecemos diciendo que es madre de dos niñas, una mujer luchadora, trabajadora, amorosa, empeñada en sacar a su familia adelante. Anamaría, una de sus hijas, la define como: un ser único y especial, que ha tenido que vivir muchos sucesos trascendentales en su vida. Mujer fuerte. Ese ímpetu que la caracteriza es quizás, por el hecho de haber perdido a sus padres tan sólo cuando tenía 15 años. Es Eugenia pues, una sobreviviente de Armero, Tolima.
A Eugenia no le gusta hablar mucho sobre la tragedia que marcó su vida, y la de sus otros cinco hermanos, en dos. En cambio lo que si le gusta hablar es sobre sus padres en vida. Su padre se llamaba Henry Rubio, un carnicero de profesión y motociclista de corazón; un hombre amante de las motos, la adrenalina y las carreras. Pero éste característico personaje no era cualquier competidor, pues era él quien siempre obtenía los primeros lugares. “Medallas y trofeos adornaban nuestro hogar en Armero”, dijo Eugenia con orgullo.
Por otro lado estaba su Madre, se llamaba Lilia Elizabeth Arango, “me hubiera encantado conocerla”, expresó Anamaría. Eugenia cuenta que ella era una mujer muy amorosa, toda un ama de casa, dedicada a las labores del hogar, el cuidado de los niños y claro también, al cuidado y consentimiento de su esposo: su padre.
Eugenia era la menor de las mujeres, seguido por su hermano Henry que era el más pequeño de los seis, por éste motivo (el de género) era muy consentida por sus padres. Anamaría enunció: “Las historias que me contaba mi mamá sobre mis abuelos fueron muchas, grabadas en la memoria por el resto del tiempo”.
“Cómo aquel día que el abuelo Luis y la abuela Lilia le regalaron a madre unos zapatos, aquella niñita de tan solo 8 años al ver que sus hermanos mayores la molestaban, como sucede en todas las familias, decidió dormir una semana entera con los zapatos puestos; pues le dijeron a la inocente Eugenia que el “roba zapatos” estaba acechando al pueblo por esas fechas”, con risas contó Anamaría.
Uno de los hechos que marcó a Eugenia en dos fue, cuando el volcán Nevado Del Ruiz quiso hacer erupción, el miércoles 13 de noviembre de 1985. En el hecho murieron más de 20 mil personas, marcando a miles de familias por el resto de la vida. Entre esas familias la suya.
En el instante que sucedió todo aquel trágico hecho Eugenia se encontraba con su madre y con varios hermanos; de repente todos salieron a correr pero su madre se detuvo. Recordó pues, que su esposo estaba indefenso en casa porque tenía una pierna enyesada, debido a que había sufrido un accidente días atrás, tras haber participado en una competencia motociclista en el pueblo.
Es entonces cuando su madre corre a rescatar a su amado, pero primero se despide de su pequeña hija pidiéndole que corra y que no se separara de sus hermanos mayores; que luego todos se reencontrarían. Pero no fue así, nunca el encuentro llegó. Sólo ese encuentro se efectuaría horas después, sin dos miembros importantes de la familia: el padre y la madre.
Es así como Eugenia a la pregunta sobre ¿qué era lo último que recordaba sobre su mamá?, respondió con un tono bajo de voz: “el último recuerdo que tengo de ella, son sus manos agarrándome fuertemente. Después mi familia me encontró”
En la actualidad María vive con su esposo en España, trabajando por un mejor porvenir para sus dos hijas. Y de ésta forma dar un paso hacia delante, sin olvidar por supuesto su origen Armerita. Su pueblo, un pueblo borrado en el mapa nacional, pero jamás en el mapa de su corazón.