Por Elizabeth Ramírez Rubio
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25 de julio de 2022
El periodismo literario es quizás, una de las formas más exquisitas de contar un suceso verídico. Esto se explica en que por un lado, se conjuga el delicioso placer de jugar con las palabras; y por el otro disfrutar de esa satisfacción respetable del oficio de narrar hechos reales. ¿Es acaso que Truman se ve reflejado en Berry?, una respuesta exacta por supuesto, no la hay. Ya que sobre éste tema han surgido numerables debates, sobre los que defiende que efectivamente la respuesta es sí, con los que simplemente dicen que Truman juega un papel. Si lo segundo fuese correcto, Capote estaría interpretando el mejor rol de su vida. Otro merito más del por qué admirarlo. Sin duda el autor defiende los sentimientos de Berry, quizás porque veía en éste personaje su yo interior malvado. Lo que sucede entre El autor y Berry es como lo que le sucede a aquel hombre de dos rostros, que un día ama a su mujer y en la noche se convierte, sumergido por el alcohol, en el demonio más detestado. Todos lo juzgan, es muy fácil juzgar. Pero es aquella mujer, la que día tras día perdona a su amado, presa por amor o por la simple desesperación. Ella es sin duda, Truman en ésta historia. Capote va sumergiéndose en éste crimen, en el corazón de una América profunda en la desesperación. Truman y Berry comparten un pasado, dos hombres a cuyos padres no les importaban. En su intimidad el autor vive una doble moral, por una parte porque revive su pasado más aterrador, la de aquel chiquillo que lloraba encerrado en aquella solitaria habitación de ese lejano motel, y por otro lado el maravilloso éxito del reconocimiento y la fama. El cual fue adquirido por aquel libro: “A Sangre Fría”. Un libro que cambio sin duda, todos los precedentes futuros del periodismo. Es así como este pequeño y raro autor es nombrado el padre del periodismo literario. Sin duda éste hombre en su forma de narrar crea un legado, un legado no sólo para sus más íntimos amigos si no para todo un grupo de escritores y/o periodistas. Oriana Fallaci fue otra maga del periodismo literario, como lo expresa Juan José Hoyos en su libro “Escribiendo historias. El arte y el oficio de narrar en el periodismo”, si bien el 21 de julio de 1969 fue una fecha trascendental para la historia de la humanidad. Todos los medios estaban allí para ser participes de este magnífico hecho. La primera llegada del hombre a la luna, fue un acontecimiento que se emitió en todos los medios de comunicación y en todos los idiomas. Pero la periodista italiana Fallaci, paso de una simple mención falaz de un hecho tan sublime; a la descripción narrativa detallada de pequeñas e insignificantes formas que nadie había tenido en cuenta. “y alguien advirtió luego qué humillante es pensar que aquellos dos hombres escogidos para representar a todos los hombres fueron voluntarios en corea, en donde habían arrojado quintales de bombas de Naplam sobre aldeas indefensas. Alguien observo finalmente, que en aquel momento, precisamente en aquel momento centenares de criaturas estaban muriendo en el Vietnam matadas por hombres que son muy valientes, muy inteligentes, muy valerosos, que saben ir al combate y a la luna...” Por otra parte, se puede considerar a la obra de arte de Truman Capote, un relato verídico que en su forma de narrar lo que busca, es burlar y criticar a aquella sociedad de consumo, presa por el capitalismo más salvaje y como no mencionar también a aquel “sueño americano”, sueño en el que estaba sumergido el pueblo de Holcom. Sin duda, la descripción que hace Truman, al que podría ser el personaje central de la historia, para muchos es aterradora. Y como se puede entender que alguien observara finalmente, que en aquel momento, precisamente en aquel momento donde centenares de personas juzgaban a éste hombre, sin saber que muy en el fondo era una persona victima de su sociedad y contexto. Así como Fallaci revela el lado más simple y negativo de los tripulantes de la nave, Capote desvela el lado más humano y positivo de un asesino. Un asesino a sangre fría. Y como dice Truman: "Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras." (Escrito por Elizabeth Ramírez Rubio el 18/03/2014)